Leo Messi

martes, 16 de octubre de 2012


     Lionel Messi juega en todos lados. Sobresale en el campo de juego, pero se destaca aún más del resto con su actitud fuera del césped.
Ayer, en Santiago, siempre fue el último futbolista de la selección argentina que se subió o se bajó del ómnibus que trasladó a la delegación desde el aeropuerto, desde el hotel o desde el Estadio Nacional. Es que él genera algo que ningún otro jugador lo hace. Dentro y fuera de una cancha de fútbol.
     Y esta noche, a las 21.05, “Leo” intentará romperla de nuevo, como lo viene haciendo. Al frente estará un necesitado Chile, que viene de dos derrotas al hilo y con Claudio Borghi en la cuerda floja.
     En el aeropuerto, en el hotel y hasta en el Estadio Nacional había muchos “cholulos” intentando sacar una foto, un autógrafo, una mirada, una sonrisa, algo de Messi.
     Era llamativo ver, entre ellos, a muchos chilenos que se mostraban muy pesimistas con las chances de la Roja ante Argentina. Pero más allá de criticar a su selección, y en especial al “Bichi” Borghi, nadie se quería perder la posibilidad de ver de cerca a Messi, el mejor jugador del planeta por estos momentos.
“Leo”, que siempre fue el último jugador argentino en mostrarse, fue ovacionado. Y él, lejos de encapsularse en su mundo, o ponerse auriculares para ignorar a todos, o refugiarse en los tres guardaespaldas que lo marcan mejor que cualquier defensa, se tomó el tiempo de mirar para afuera, hacia los hinchas, y levantar la mano para saludarlos.

     “Leo”, que siempre fue el último jugador argentino en mostrarse, fue ovacionado. Y él, lejos de encapsularse en su mundo, o ponerse auriculares para ignorar a todos, o refugiarse en los tres guardaespaldas que lo marcan mejor que cualquier defensa, se tomó el tiempo de mirar para afuera, hacia los hinchas, y levantar la mano para saludarlos.

     Y si alguien estaba más cerca, le guiñaba el ojo, con esa sonrisa pícara que lo caracteriza. Fue el único que recibió una ovación al mostrarse y el único que tuvo, aunque sea poco, un gesto para los hinchas. Así, el capitán argentino se hace más fuerte. Sabella supo armar un equipo para contenerlo.

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